terça-feira, 14 de outubro de 2014

¿No hará justicia el Juez de toda la tierra?














Abraham le preguntó a Dios si Él destruiría la ciudad de haber en ella cincuenta personas justas, o menos. Independientemente del número de justos, Dios dijo que preservaría la ciudad por amor a ellos.
“Y se apartaron de allí los varones, y fueron hacia Sodoma; pero Abraham estaba aún delante del SEÑOR. Y se acercó Abraham y dijo: ¿Destruirás también al justo con el impío? Quizá haya cincuenta justos dentro de la ciudad: ¿destruirás también y no perdonarás al lugar por amor a los cincuenta justos que estén dentro de él? Lejos de Ti el hacer tal, que hagas morir al justo con el impío, y que sea el justo tratado como el impío; nunca tal hagas. El Juez de toda la Tierra, ¿no ha de hacer lo que es justo?” Génesis 18:22-25
Aquí queda claro que Abraham interrogó a Dios, recordándole Su Justicia delate de los justos. Podemos ver también a Abraham recordándole a Dios, en otras palabras, acerca de la diferencia que debe haber entre el justo y el perverso, prometida por Él.
Sin embargo, me gustaría enfatizar el versículo 25 nuevamente, donde dice:
“Lejos de Ti el hacer tal, que hagas morir al justo con el impío, y que sea el justo tratado como el impío; nunca tal hagas. El Juez de toda la Tierra, ¿no ha de hacer lo que es justo?”
Cada estado y país poseen su juez responsable, como por ejemplo Brasil, Inglaterra, etc. Pero, si el juez de Brasil fuera a los Estados Unidos, no podría llegar allá y juzgar una causa. Lo mismo sucedería si el juez de Estados Unidos fuera a África. Allí no tendría poder para juzgar ninguna causa.
Pero Dios no. Abraham dijo: El Juez de TODA la Tierra, ¿no ha de hacer lo que es justo? ¡Dios es el Juez de TODA la Tierra!
Yo pregunto: ¿usted piensa que Dios pierde Su poder de un estado al otro, o de un país al otro? Yo le respondo: ¡No! Porque Él es el Único Juez de toda la Tierra.
Y ese Juez estará en el Altar el día 19 de octubre, y Él no va a permitir que usted sea destruido.
Ese Juez fue el mismo que dijo: Caerán a tu lado mil, y diez mil a tu diestra; mas a ti no llegará. Salmos 91:7
Por eso Abraham tuvo una fe insolente, osada, aguerrida y despojada, para indagar a Dios sobre el libramiento de los justos, fuesen ellos cincuenta, cuarenta, treinta, veinte o siquiera un justo solamente.
Usted que vive esa fe, mi amigo, mi amiga, ¡es ese(a) justo(a)!
Usted no puede ser encontrado junto a los enfermos, usted no debe estar en la fila del desempleo, en la fila de los que no tienen techo, usted no debe ser contado entre los perturbados, en la fila de los divorciados, usted no puede estar en la fila de una cárcel esperando para ser revisada(o) para entrar a ver a su hijo(a) que está preso(a), en la fila de los necesitados que dependen de la caridad de otras personas…
¿Y por qué usted no puede encontrarse en estas situaciones? Yo repito: porque usted es ese justo al que Dios dijo que libraría.
Así como en ese pasaje Dios dijo que no dejaría que los justos fuesen destruidos, yo le digo a usted: Dios, por amor a usted, no dejará que usted sea destruido en medio de personas con cáncer, de personas que están perdiéndolo todo en la vida. Él no dejará que usted sea destruido y que vaya al infierno con los incrédulos. Su lugar está en el cielo. No es justo que usted siga a Jesús y vaya al infierno.
Entonces, esta Campaña de la Justicia es para TODAS las áreas de su vida.
Y mi pregunta es: “El Juez de TODA la Tierra, ¿no ha de hacer lo que es justo?”
Él va a descender. ¿Dónde descenderá? ¡En el Altar!
“… descenderé ahora, y veré si han consumado su obra según el clamor que ha venido hasta Mí; y si no, lo sabré.” Génesis 18:21
Y cuando Dios descienda en el Altar, Él tiene que ver qué está haciendo usted, el que es justo, y entonces allí, Él hará justicia en su vida.

Sem comentários:

Enviar um comentário