Creo que existe diferencia entre algunas oraciones, aunque oración sea oración, y la persona esté hablando con Dios. No obstante, vemos que hay diferentes resultados.
Así, si existe diferencia en la oración, también hay diferencia en la respuesta. Estas pueden ser grandes o pequeñas, y en ambas Dios está siendo glorificado. Sin embargo, Él es más glorificado en las respuestas extraordinarias, pues reflejan Su Grandeza, y eso tiene que ver con la FE.
Aun siendo una fe pequeña, su poder está por encima de cualquier problema, por más imposible que sea. El Señor Jesús es el Autor de esa fe. Todos la tienen, pero si todos la usan o no, eso es otra cosa. Claro que una respuesta extraordinaria exige una entrega total, que lleva a la persona a ir contra todo y contra todos, debido a una certeza que ella trae en su interior.
Salomón tenía esa certeza, y por eso su fe lo llevó a colocar toda su vida en ese Altar, pues aquellos 142 mil holocaustos y sacrificios representaban todo lo que él tenía dentro de sí. De manera que, cuando Dios vio aquellos sacrificios, no vio animales, sino que lo que vio fue al propio Salomón en el Altar.
Solo después de ofrecer los sacrificios fue que él hizo su oración. En ese momento, todo agradó a Dios. Al punto de que la Gloria de Dios llenó el Templo.
Cuando Salomón acabó de orar, descendió fuego de los cielos, y consumió el holocausto y las víctimas; y la gloria del SEÑOR llenó la Casa. Y no podían entrar los sacerdotes en la Casa del SEÑOR, porque la gloria del SEÑOR había llenado la Casa del SEÑOR. 2 Crónicas 7:1-2
Salomón tuvo una respuesta extraordinaria, y Dios fue glorificado de forma grandiosa.
Pero la pregunta es: ¿Todos quieren colocar TODA LA VIDA EN EL ALTAR, como hizo Salomón?
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