quarta-feira, 10 de setembro de 2014

Fuerza y Amor







Hacer algo para alguien poniendo toda la fuerza es una cosa, pero hacer algo por amor es otra totalmente diferente. Cuando hago algo poniendo toda mi fuerza, puedo estar haciéndolo por necesidad o por obligación. Pero si lo hago por amor, voy más allá de lo que hice con fuerza. Siendo así, lo que hacemos para Dios y por Él, ¿es por amor o por interés?
David dijo:
Con todas mis fuerzas yo he preparado para el Templo de mi Dios el oro, la plata, el bronce, el hierro y la madera necesarios para sus respectivos objetos, así como piedras de ónice y de engaste, piedras multicolores para mosaicos, toda clase de piedras preciosas y mármol en abundancia. 1 Crónicas 29:2
David, dada la grandeza de las obras y considerando que la Casa no era para hombres, sino para Dios, colocó toda su fuerza atendiendo la necesidad de la obra.
Ahora vea lo que hizo por amor:
Además, por amor al Templo de mi Dios, aparte de todo lo que he preparado para el santuario, he entregado el oro y la plata de mi propiedad personal para el Templo de mi Dios… 1 Crónicas 29:3
Si él hubiera amado a su propia vida, a los bienes que poseía, a sus hijos o a su parentela más que a Dios, no habría dado su tesoro personal, que sería la garantía del futuro de sus familiares. El amor de David hacia Dios estaba por encima de todo y de todos. ¿No es lo que dice el primer mandamiento?
Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Mateo 22:37-38
No todo el mundo que hace algo con esfuerzo ama, pero todo el que ama no mide esfuerzos.
Quien hizo lo que hizo hasta aquí por esta obra ya será bendecido por responder a su necesidad, ahora imagínese quién de aquí en adelante lo haga por amor a esta Casa. Con certeza va a hacer más allá de lo que fue hecho hasta ahora.

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