quinta-feira, 5 de fevereiro de 2015

8° Día del Ayuno de Daniel











Llenaos del Espíritu
La expresión: llenaos del Espíritu (Efesios 5:18) se refiere a llenarse de los pensamientos de Dios, de Su Palabra.
Por otro lado, los sellados con el Espíritu Santo pueden “apagar el Espíritu”, es decir, pueden llenarse de la basura de este mundo, aún sabiendo que están vaciándose del Espíritu.
¿Cómo es posible eso?
Las amistades contrarias a la fe han generado pensamientos como: Si disfruto de “mis amigos” allá afuera, ¿no los voy a ganar para Jesús?
Si me involucro con un incrédulo, ¿no voy a convertirlo?
Después de casada, ¿no voy a convencerlo de que venga conmigo a la iglesia?
La Palabra del Espíritu es clara, fuerte e inconfundible:
No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? 2 Corintios 6:14-15
Existe una lista enorme de argumentos satánicos que cargan el veneno fatal.
No faltan ejemplos de eso.
Muchos bautizados con el Espíritu Santo Lo han apagado no por haber caído en tentación, sino por haberse resistido a los pensamientos Divinos y haber insistido en los pensamientos satánicos.
Caer en tentación no significa necesariamente perder el Espíritu Santo. Mantenerse en el pecado resistiéndose a Su Voz sí, eso puede ser fatal.
¿Quién, en su sana consciencia, aún siendo bautizado con el Espíritu Santo, nunca tuvo deslices? Nadie, salvo el Señor Jesús.
Pero cuando eso ocurre,
Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si, aún así, alguno peca, Abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el Justo. 1 Juan 2:1.
En este caso, confiese el pecado y abandónelo inmediatamente.
Todos somos pasibles de errores, aún siendo sellados con el Espíritu Santo. A fin de cuentas, somos casas de barro.
Sin embargo, todos los sellados tienen la dirección del Espíritu alertándole en cuanto a la permanencia en el pecado. En el caso de que no haya un arrepentimiento inmediato, eso significa seguir “apagando el Espíritu”.
Los no bautizados con el Espíritu Santo no tienen el discernimiento espiritual. A causa de eso, son más vulnerables a los ataques del mal.
Esa es la razón de invertir fuerte en el recibimiento del Espíritu Santo para mantenerse sano y salvo.

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