quarta-feira, 21 de janeiro de 2015

En un hoyo profundo (Obispo Paulo Roberto)

Un grupo de ranas viajaba por el bosque y, de repente, dos de ellas cayeron en un hoyo profundo. Todas las demás ranas se reunieron alrededor del hoyo.
Cuando vieron cuan hondo era el hoyo, le dijeron a las dos ranas que estaba en el hoyo que para efectos prácticos, se debían dar por muertas.
Las dos ranas no hicieron caso a los comentarios de sus amigas y siguieron tratando de saltar fuera del hoyo con todas sus fuerzas.
Las otras ranas seguían insistiendo que sus esfuerzos serían inútiles.
Finalmente una de las ranas puso atención a lo que las demás decían y se rindió. Ella se desplomó y murió. La otra rana continuó saltando tan fuerte como le era posible. Una vez más, la multitud de ranas le gritó que dejara de sufrir y simplemente se dispusiera a morir.
Pero la rana saltó cada vez con más fuerza hasta que finalmente salió del hoyo.
Cuando salió, las otras ranas le preguntaron: “¿No escuchaste lo que te decíamos?”.
La rana les explicó que era sorda. Por lo tanto ella pensó que las demás la estaban animando a esforzarse más para salir del hoyo.

Moraleja
1.    La lengua tiene poder de vida y muerte. Una palabra de aliento compartida a alguien que se siente desanimado puede ayudar a levantarle y hasta salvarle la vida.

2.    Una palabra destructiva a alguien, no edifica ni al emisor ni al receptor.

3.    La tercera y más importante es que si no saltas y vences los problemas, no podrás salir del hoyo.

4.    Si ambas ranas hubieran tratado de salir del hoyo, hubieran salido las dos exitosas y más rápido.


Dispongámonos a no dejarnos vencer tan sólo por las palabras negativos que nos dicen los demás.

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